
Reflexiones sobre la memoria de las amistades verdaderas
Descripción de la publicación.
Domingo Caro Pérez
7/21/20253 min read
Reflexiones sobre la memoria de las amistades verdaderas
"Una experiencia reciente en un taller de reminiscencia con adultos mayores"
Hace algunas semanas, tuve la oportunidad de implementar un taller de reminiscencia en un club de adultos mayores, en el marco de un proyecto que buscaba explorar y resignificar recuerdos significativos a través de la memoria autobiográfica. Uno de estos segmentos estuvo dedicado a las “amistades significativas de la adultez media”, aquellas personas que, en algún momento de nuestras vidas, dejaron huellas profundas por su humanidad, compañía y generosidad hacia nosotros.
Para esta actividad, propusimos que los recuerdos fueran evocados en la intimidad del hogar a partir de dinámicas especificas y en donde cuyos resultados deberían ser compartidos posteriormente en nuestra siguiente reunión grupal, la que ocurriría una semana después. Lo que ocurrió en ese encuentro superó cualquier expectativa. Una de nuestras participantes (Le llamaremos Patricia), al tomar la palabra, compartió una vivencia que nos conmovió profundamente. Cito parte de su testimonio:
“Cuando llegué a casa tomé la tarjeta con la tarea y, la verdad, no le di mucha importancia. Sentí que era algo muy lejano, de muchos años atrás y que no valía la pena recordar, dado que no tenia memorias importantes de esa época sobre amistades importantes u otro parecido. Me puse a hacer mis labores del hogar, pero mientras lo hacía, algo dentro de mí intentaba recordar. Me costaba traer a la mente alguna amistad significativa de aquellos años, porque estamos hablando de finales de los años 70.
Entonces recordé una etapa muy dura de mi vida: me enfermé gravemente. Yo era enfermera y trabajaba en un hospital público, y además tenía dos hijos pequeños. Mi esposo era militar y se turnaba por semanas fuera de casa y ni pensar que el pudiera solicitar permiso, dado las relaciones diplomáticas con Argentina. En ese momento me hospitalizaron y no sabía cómo sobrellevarlo todo. Fue entonces cuando recordé que una compañera de trabajo vino a verme a la sala donde estaba internada. Ella fue un verdadero ángel para mí. Me apoyó en todo lo que necesitaba. Y a partir de ahí nació una amistad entrañable. Nos quisimos mucho, recordé. Fue solamente el tiempo en que estaba mal, justo en mis tiempos de mayor necesidad y como apareció se fue.
La verdad no estaba segura de lo que debía hacer con ese hermoso recuerdo, a si que busqué dentro de mis cosas y encontré una foto con ella. Además, encontré un numero telefónico y una dirección. Cobre valor y la llame por teléfono para ver si el el teléfono estaba vigente aun y me contesto. Quedamos en juntarnos y así lo hicimos. Pasamos una velada emocionante. Tuve la oportunidad de agradecerle todo su apoyo y es mi nueva gran amiga.”
Mientras Patricia hablaba, observé cómo sus palabras estaban cargadas de una ternura que aparentemente provenía del alma. Se trata de una vivencia que, al ser traída nuevamente al presente, volvía a a vivir y latir con fuerza en su corazón.
Este momento me llevó a reflexionar profundamente sobre el verdadero sentido de mi trabajo. Cuando desarrollamos proyectos de reminiscencia, de historias de vida, no estamos simplemente promoviendo la evocación de recuerdos antiguos; estamos facilitando procesos de reencuentro con el yo profundo, con las redes de afecto que nos formaron, con los momentos que nos salvaron sin que lo supiéramos del todo. Comprendí con mayor claridad la tremenda responsabilidad que recae sobre quienes acompañamos estos procesos, ya que somos custodios y mediadores de memorias vitales que, al ser narradas, son capaces de iluminar el pasado, que reinstauran una nueva oportunidad de interpretar nuestro presente.
El significado real de traer lo vivido al presente no es solo terapéutico, es también existencial. Juega un papel fundamental en el bienestar social y emocional de nuestros participantes, pues contribuye a resignificar la vida desde la gratitud, la pertenencia, el amor y la identidad. Y cuando eso ocurre, algo poderoso se activa, nuestros participantes recuerdan y reencuentran sentido, valor y dignidad respecto de su propia “biografía”. Es un proceso de fortalecimiento de la identidad personal en la etapa del envejecimiento.
A partir de esta breve reflexión, mi intención es la de extender una cordial invitación a instituciones y organizaciones sociales interesadas en promover espacios de bienestar social y emocional para personas mayores, utilizando la biografía como una herramienta significativa para la integración social, emocional y espiritual.
Desarrollamos proyectos integrales desde la reminiscencia e historias de vida, las cuales pueden ser implementados de manera flexible, con una estructura profesional y con resultados visibles en la resignificación de la importancia de sus propias experiencias. Allí generalmente esta el remedio a nuestras frustraciones, allí esta la solución a nuestros cuestionamientos.
Si desean conocer más sobre esta metodología, compartir ideas o explorar posibilidades de colaboración o contratación, pueden contactarme directamente. Estaré disponible con la misma vocación, respeto y compromiso con el que he desarrollado cada una de estas experiencias.

